209.- LA VERDAD DE LA MILANESA
Ésta es la verdadera interpretación:
"Mira lo que se avecina, a la vuelta de la esquina viene Diego (claramente, el Diego!) rumbeando. Con la luna en las pupilas (después de toda la noche de joda) y en su traje agua marina van restos de contrabando (es decir, la celeste y blanca sería azul, pero desteñida y manchada de blanco con productos colombianos ingresados en forma ilegal -si fuera café, quedaría negra)".
"Y donde más no cabe un alma (siempre jugó a cancha llena) ahí se mete a darse caña (hacerse pegar por los rivales), poseído por el ritmo ragadanga (mezcla de 'garra' y 'ganad')".
"Y el DJ (error, léase DT) que lo conoce toca el himno de las doce (hora en que se jugó en Mexico 86, para sacrificio de los jugadores) para Diego la canción más deseada, y la baila, y la goza, y la canta... (baila a los rivales, delira la tribuna, etc.)"
El coro parece un trabalenguas incomprensible: "Aserejé, ja, de je, de jebe tu de jebere sebiunouva, majabi an de bugui an de buididipi" ('ACRG, ja, DG, DG B...' con tristeza debemos reconocer que se trata de una de las tantas declaraciones del Diego, que podría interpretarse como 'acá roba G... ja... Don G, Don G, bol...' o alguna otra incoherencia).
"No es cosa de brujería que lo encuentre 'to' los días (todos sabemos que es conocido en todo el planeta) por donde voy caminando... Diego tiene chulería (Riachuelo, haciendo referencia a su historial bostero) y ese punto de alegría rastafari afrogitano (se lo presenta como una mezcla de Bob Marley, Pelé -afro-, Sandro -gitano- y los del fuego -para encender el porro, claramente implícito en rastafari)".
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