5.12.07

1346.- La muerte lenta de Luciana B.

El jueves pasado terminé el cuatrimestre. Bue, no exactamente, pero terminé las teóricas. De ahí a fin de año, un par de clases de consultas y media docena de exámenes, pero basta de preparar clases, o coordinar con nadie más qué había que dar sí o sí, etc.

Entonces, ese jueves -el viernes, porque eran más de las doce- me instalé a leer el último libro de Guillermo Martínez. Sin horarios, ni apuro, dispuesto a quedarme hasta la hora que fuese necesario si me enganchaba. Y lo leí de un tirón. Lo tenía desde hace quince días, con una dedicatoria del autor; me lo habían acercado en medio de una clase, y me resistía a abrirlo hasta que no tuviera cierta tranquilidad para leerlo.

¿Qué podría decir del libro? Cuando leo uno nuevo de Martínez, no me pregunto cómo lo hizo, sino cómo lo hizo de nuevo. La novela es un policial, pero no del todo; ojalá se la pudiera catalogar como tal y listo. A medida que iba leyendo, se me aparecían otras novelas, pero las similitudes desaparecían dejando la sensación de que sobre una misma melodía se puede seguir componiendo con nuevas variaciones.

Todo lo que sabía sobre esta novela me llevó a formarme ideas erróneas (empezando por el post 1168, sobre las rachas), y a medida que la leía, el enigma policial se me fue transformando en otro: cómo va a resolver esto el autor sin caer en historias conocidas. No voy a entrar a hacer una lista aquí, y voy a mencionar solamente los dos 'policiales' que creo más cercanos:

  • Edgar Lustgarten, Veredictos discutidos


  • Stanislaw Lem, La investigación


  • La gran diferencia es que estos dos son policiales en el sentido más clásico. Por otro lado, en el de Lustgarten no hay lugar para elementos sobrenaturales, ni para el azar. Y en el de Lem...

    La investigación me parece el mejor libro de Lem (opinión muy discutible, que hasta en la wikipedia lo consideran como uno de los peores). Explicar por qué lo veo así sería difícil sin revelar el final, y de alguna manera, tendría que entrar en detalles más finos para hacer una comparación de las diferencias que tiene con La muerte lenta... Digamos solamente que en el de Lem hay una única explicación posible, azarosa, y otra que jamás se menciona, que no es nunca una hipótesis [sin embargo, es la que figura en casi todas las reseñas que uno ve de este libro]; en el de Martinez hay..., no, ¿qué decir sin revelar el final? Otro punto, paradójico, es que la de Lem me parece escrita por un lógico consciente de los teoremas de incompletitud, o por un físico que sabe los límites del principio de incertidumbre; y la de Martínez es más abierta, mucho más psicológica que científica.

    Bue, la corto acá, es imposible ser claro sin spoilear. De última, lean las dos y saquen sus conclusiones. Valen la pena. Sospecho que La muerte lenta... hubiese tenido un lugar entre los primeros volúmenes del Séptimo Círculo, cuando los editores eran Borges y Bioy Casares y los policiales no siempre eran policiales.

    5 comentarios:

    Anónimo dijo...

    El gran problema de la investigación es que es un libro mal escrito, sus cuestiones metafísicas son interesantes pero el libro, desde un punto de vista literario es nefasto.

    Frenzo dijo...

    realmente es atrapante el libro de martinez

    una cosa que me llama la atención de las novelas de martinez es que los personajes son francamente desagradables... al primer capitulo lo podría haber titualado "memorias de un jeropa", y da miedo pensar que cómo ameniza su viaje a un tipo así cuando va en tren o colectivo en hora pico

    pero la trama es casi perfecta (salvo por el "truco de la nuca", una verdadera pelotudez) y uno realmente queda intrigado y atrapado hasta la última hoja, lo cual indica que martinez manejó bien el suspenso, y fue mostrando las cartas con un timing justo

    también vale la pena leer alguno de los ensayos de martinez -como "un ejercicio de esgrima"- para darse cuenta de que la novela también es en cierta forma un guiño a otros escritores, donde él está a favor de un tipo de literatura que se centra más en los contenidos que en las piruetas del lenguaje

    Loiayirga dijo...

    De las tres novelas que citas sólo he leido "La investigación" y me interesó. Me la aconsejó leer el profesor de filosofía de la ciencia cuando yo estudiaba, ahora doy clase en un IES.

    Hay algo que creo que se ve muy bien en ella. Es el problema de los paradigmas de Kuhn. Cada paradigma científico sabe qué tipo de soluciones caben en su teoría. Hay soluciones posibles que no son siquiera planteables porque no casan con los presupuestos de los que se parte para investigar.

    En el caso policiaco de Lem, hay soluciones que un policía no puede dar porque no son "respuestas aceptables".

    Me gustaría poder releer la novela atendiendo a esas claves (de lógico y de físico) que tú citas.

    JuanPablo dijo...

    no sé, anonimo, a mí todavía me impresiona que no se hable de resurrecciones ni siquiera para rechazarlas. Como dice loiaryiga, lo que está fuera del paradigma no se tiene en cuenta. Así, si uno lee la investigación como un policial, se queda con un ataque de hígado, y hasta dan ganas de trompear al autor. Pero ese efecto sólo lo podía plantear desde un policial, en cualquier otra clase de novela vale todo, y no hubiese tenido tanta fuerza lo que hizo.

    Caro -Vainilla - RUBIAAAAAAA dijo...

    Hola,
    no leí los otros dos, pero ya mismo me los anoto en mi lista de pendientes...
    A mí el libro de Martínez me atrapó también, no pude parar hasta terminarlo...

    Saludos