20.3.03


334.- HABLA MAIRENA


    Mientras los hombres -decía Juan de Mairena- no sean capaces de querer la paz, es decir, el imperio de la justicia (la que supone una orientación metafísica y un clima moral que todavía no existen y que, acaso, no existan nunca en Occidente), una liga entre naciones para defender la paz a todo trance, es una entidad perfectamente hueca y que carece de todo sentido. Es algo peor. Es el equívoco criminal que mantienen los poderosos, armados hasta los dientes, para conservar la injusticia y acelerar la ruina de los inermes o insuficientemente armados. Cuando alguno de ellos grite: "¡Justicia!", se le contestará con un encogimiento de hombros, y si añade: "Pedimos armas para defendernos de la iniquidad", se le dirá cariñosamente: "Paz, hermano. Nuestra misión es asegurar la paz que tú perturbas, reducir la guerra a un mínimum en el mundo. Nosotros no daremos nunca armas a los débiles; procuraremos que los exterminen cuanto antes".


¿Qué puedo agregar hoy? Este texto tiene casi 70 años, y ya que Mairena habló por si mismo de este tema, me corresponde repetirlo.


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