335.- SIGUE MAIRENA
- (Del difícil fracaso de una Sociedad de Naciones)
Algún día -habla Mairena en el café- se reunirán las grandes naciones para asegurar la paz en el mundo. ¿Lo conseguirán? Eso es otra cuestión. Lo indudable es que el prestigio de esa Sociedad no puede nunca menoscabarse. Si surge un conflicto entre dos pequeñas naciones, las grandes aconsejarán la paz paternalmente. Si las pequeñas se empeñan en pelear, allá ellas. Las grandes se dirán: no es cosa de que vayamos a enredarla, convirtiendo una guerra insignificante entre pigmeos en otra guerra en que intervienen los titanes. Ya que no la paz absoluta, la Sociedad de Naciones conseguirá un mínimun de guerra. Y su prestigio queda a salvo. Si surge un conflicto entre grandes potencias, lo más probable es que la Sociedad de Naciones deje de existir, y mal puede fracasar una sociedad no existente.
- Y en el caso, amigo Mairena, de que surja el conflicto porque una gran nación quiera comerse a otra pequeña, ¿qué hacen entonces las otras grandes naciones asociadas?
- Salirle al paso para impedirlo, querido Don Cosme.
- ¿Y si la gran nación insiste en comerse a la pequeña?
- Entonces las otras grandes naciones le ordenarán que se la coma, pero en nombre de todas. Y siempre quedará a salvo el prestigio de la gran Sociedad de Naciones.
(Gracias, Marcos, por el link a este otro texto. Lo iba a publicar si la onu avalaba el
ataque.)
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