Cumplida la cuarta ronda el maestro se ubicaba tranquilamente en el primer lugar. Luego de ganar su partida Velásquez salió a recorrer las calles de la ciudad antes de ir a descansar. Inesperadamente comenzó a llover en forma violenta y buscó algún lugar donde refugiarse; tras caminar algunos pasos divisó una iglesia y se ubicó en su portal.
Mientras esperaba que la lluvia terminara el maestro observó hacia el interior de la iglesia y su sorpresa fue mayúscula cuando vio al sacerdote y su monaguillo jugando una partida de ajedrez. La pasión por el juego es demasiada y el maestro se decidió a golpear la puerta.
Suspendo momentáneamente la serie de Predador-presa para linkear esta hermosa historia que cumple ya dos años en el blog de Sertal.
Leer "el cura ajedrecista".
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