13.9.08

1426.- Los problemas de Venus (III)

Que Venus presentara fases tenía consecuencias interesantes: 1ro, no generaba su propia luz; 2do, según la forma de las mismas, se podía intentar deducir dónde estaba.

Pero las cosas no eran sencillas: no había una teoría de la visión, ni una óptica. No se entendía el mecanismo de formación de las imágenes, y cosas que hoy nos parecen obvias, no lo eran en esa época: si la Luna no era una superficie suave, pulida como un espejo, ¿cómo refleja la luz? ¿por qué la luz a veces se descompone o cambia de dirección al cruzar un vidrio? ¿por qué a veces la imagen se invierte? Y así como el telescopio mostraba cosas que no se veían sin él, no mostraba cosas que sí se veían sin el telescopio.

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Kepler va a ser el primero en intentar responder estas cosas. Su Dioptrice de 1610/11 inicia la óptica geométrica y la teoría de la refracción. Pero está lejos de poder responder todas las objeciones (racionales) contra el telescopio. Faltaba que Snell (1591-1626) formulara su ley de refracción (cerca de 1621), cuantificando las deformaciones que de lo contrario parecían arbitrarias. Y ésta se explicaría con el principio de tiempo minimo de Fermat (1601-1665) recién en 1662.

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La refracción era un gran argumento en contra de los tamaños observados con el telescopio. Chiaramonti, Ptolemaico a muerte, lo atacaba en 1630/3 por entender que esto distorsionaba las imágenes.

Una paradoja: el chabón describió las fases de la luna perfectamente, y manejaba toda la matemática necesaria para entender estos temas; pero le faltaban pruebas independientes, y ponerse a trabajar un poco en las cuentas.

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Ahí es donde vuelve a entrar Kepler y el tránsito de Venus: lo calcula, y su observación elimina la posibilidad de que esté girando más allá del sol. Si se puede observar, ya está. Además, si uno puede medir bien cómo sale Venus de esa ubicación, y cómo se va iluminando, podemos ver si tiene fases "como la Luna", o si gira alrededor del Sol.

Gassendi, cuando encuentra a Mercurio, descubre que el tamaño es apenas 20" contra los 15' que predecía la teoría. Kepler, recientemente finado, no puede corregir los cálculos y aparece Horrocks.

Otra paradoja: las tablas de van Lansberge -copernicano- eran peores que las Rudolfinas de Kepler (de 1627). Horrocks consigue una copia en 1637, recalcula todo a partir de los datos de Gassendi para Mercurio, y el resto es historia.

Para el propio Chiaramonti, en 1644, mucho había cambiado. Ahora aceptaba la existencia de las fases de Venus (que explica mal, afirmando, como dijera Galielo inicialmente, que "eran como las de la Luna") y acepta la utilidad del telescopio para las observaciones astronómicas. Seguía creyendo en Ptolomeo, y sólo rechazaba de que las fases de Venus hubiesen sido observadas correctamente.

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(continuará... o no)

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