Me entero de un interesante experimento vía Reality conditions: escribir posts defendiendo ideas difíciles de sostener. El primero defiende el derecho divino de los reyes (a reinar). Hubiese sido más simple defender las ventajas de la monarquía frente a la democracia con argumentos muy firmes.
El tema es que en una democracia los que se postulan son en su mayoría corruptos, que saben que pueden enriquecerse de la función pública, y poco tienen de servidores públicos. Peor aún, en el caso en que un honesto (h) se postule, un corrupto (c) dispone de más herramientas para competir, lo cual aumenta sus chances de ganar (va a emplear tácticas sucias, difamar a su rival, o ilegales como comprar votos, etc.). Pero difícil que un honesto se postule, ya que antes de llegar a la elección debe pelear en el frente interno de su partido y ya ahí se va a producir la carnicería. Una mirada rápida a la historia nos muestra que por algo se ha acuñado la frase 'votar el menos malo' o 'elegir el mal menor'.
Un poco de teoría de juegos nos convence de que la estrategia para encarar una elección es portarse como un c: en una elección h-h, si uno emplea armas sucias mejora sus chances, con lo cual h-h no es un equilibrio de Nash. La competencia h-c favorece a c, y el único equilibrio termina siendo c-c.
El argumento de que una población honesta va a votar al h depende de una hipótesis muy fuerte: que la mayoría de la sociedad sea honesta (y encima, capaz de elegir entre h y c racionalmente). Sin embargo, como en los análisis de halcones vs. palomas, el equilibrio se obtiene cuando están repartidos, de lo contrario hay incentivos por actuar al revés que la mayoría.
En cambio, en una dinastía, por más terrible que sea el monarca de turno, la genética puede jugar a favor, y siempre hay chances de que una mutación genere un buen gobernante.
(La idea no es mía, salvo los análisis vía teoría de juegos; lo que no recuerdo es si no lo posteé antes)
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